5 de junio de 2011

LA BRILLANTE NADIDAD

Bienvenid@. 
En mi entrada  "El mundo al revés", Anónimo dijo...
Me gusta lo que dices,( lo que dicen los "maestros"),pero hay momentos , yo así lo siento , que necesito que alguien de afuera me diga que no me estoy equivocando , que lo que me propongo está bien , o es bueno para mi. Quizá es falta de confianza, pero la verdad es que las palabras del"otro" me dan fuerza. Un saludo 
Eso es bueno. Aprender de los demás es un signo de inteligencia y de sabiduría. Todos pertenecemos a un momento de la historia, a una cultura, a una familia.. Y no es positivo negar eso, más bien es necesario honrarlo y percibir la grandeza de esa pertenencia, si no se realiza esto entonces estamos negándonos. Es positivo ver y comprender el "camino" que otros han recorrido. 
Lo que ocurre es que a menudo sólo vemos ese camino y desde nuestra inseguridad, desde nuestro temor queremos recorrer el mismo sin darnos cuenta de que nosotros tenemos nuestro propio camino por recorrer. 
Imagina que quieres pintar. Ves las obras de los grandes y te maravillas con ellas. Vas a escuelas empiezas tus pasos en este arte, aprendes sus técnicas y sus formas, copias sus obras maestras para practicar. Como ocurre con todo, en un momento determinado se te abren varias posibilidades.  Tal vez pienses que tú no les llegas ni a la suela de los zapatos, lo has intentado, pero no llegas a esos niveles, te desesperas y lo dejas o te limitas a pintar lo que otros han hecho o a copiar técnicas en tus propios dibujos. Puede que sigas considerándote que todavía no estás preparado y sigas estudiando y estudiando cómo hacer para llegar a ese nivel. Tal vez, empiezas a saltarte las reglas de la pintura y realizas algo nuevo, innovador, o siguiendo esas reglas, dejas que tu creatividad se exprese poniendo una parte de ti en tus obras. 
Miró dijo en una ocasión: "Me he pasado años y años estudiando para volver a pintar como un niño". 
Querer recorrer el mismo camino que otro es un acto de negación de sí mismo y es imposible. Ese camino está hecho, terminado, y lo hizo alguien con sus circunstancias, su visión, su forma y a su manera. Tú eres otra persona, en otro tiempo, en otro espacio, con otra actitud, con otras circunstancias, con otra forma. Puede que tu camino sea paralelo, pero no es el mismo. Aprender de otros para recorrer tu camino ayuda; querer recorrer el camino de otros nos deshace y hace que nos perdamos. Por muy grande que haya sido el caminante, por mucho que lo admires o lo veneres, tú  haces tu propio camino y los caminos de maestros y de sabios nos sirven como una pequeña referencia. 
Es necesario que comprendamos que de la misma forma que ellos lo recorrieron también nosotros lo estamos haciendo, por derecho propio, por derecho natural.  Ya estamos recorriendo el camino, cómo lo recorremos es nuestra elección.  Recuerda que la conexión está hecha, que tú eres parte del Universo, que ya hay camino en ti, y que por el mero hecho de estar aquí eres sublime pues compartes la vida. 
Para terminar quiero compartir un poema que me encontré hace poco. Está escrito por una persona a quien yo conozco; tal vez no sea un gran poema, pero me gusta su sentido y lo que esa persona comunica. 
La brillante nadidad. 
Decir un adiós,
palabra másgica que puede borrar un sentimiento.
La soledad marcada en una vida, 
la búsqueda inquieta de una palabra.
Cuando hablabas conmigo
yo te miraba a los ojos,
saboreaba todo tu ser.
Mi mente alcanzaba las murallas,
los enormes muros de una profundidad.
Y dices que no eres nada, ¿de verdad?
Tú, como tantos otros, lo percibes:
eres un universo encallado en una inseguridad,
eres la increíble presentación de un ser
que a lo que aspira es a la libertad. 
No hay consignas ni enseñanzas para ello,
nada que puedas utilizar,
nada que puedas tirar. 
Un ser es ya mucho, incluso sin pensar; 
la tolerancia, la cobardía, la nada,
¡qué palabras fáciles!
Detrás de todo ello se esconde una persona
y eso, ¡eso! es lo importante.
Todo está encerrado allí, 
el perpetuo preso,
la eterna condenada, 
y ¡dices que no eres nada!
¡eres mucho más que eso!
La piedra que bañada por el río
ve su vida pasar,
se pregunta qué está haciendo,
poco a poco se va hundiendo
Se pregunta por su sentido,
pero no dice que es nada. 
El pájaro que volando por el cielo
ve su vida libre,
se interroga qué está haciendo,
poco a poco va muriendo
Se pregunta el sentido
pero no dice que es nada.
Y tú, que viviendo ves tu vida desgajada
te preguntas qué estás haciendo,
poco a poco vas sintiendo 
te preguntas tu sentido
y dices que no eres nada. 
Sólo unas preguntas,
¿por qué lo aseguras?
¿cuánto tiempo te ha llevado esa afirmación?
Desiste,
ser nada hubiera sido demasiado fácil,
porque algo eres,
porque eres mucho,
por eso dices que no eres nada.
Que la luz de tu corazón guíe tu camino.
Elenka