27 de junio de 2011

LA VIDA NOS COME

Bienvenid@.

Este fin de semana nos hemos reunido en Donosti para sanar  informaciones que impedían a las personas vivir de forma más plena. 

Como siempre, no dejo de sorprenderme de este trabajo. En estos grupos no sólo las personas que iban con un tema han recibido información, también las personas asistentes la han recibido. Una vez más este trabajo nos indica nuestra conexión, cómo estamos conectados y qué es lo que necesitamos. Una vez más con sólo la intención de recibir información adecuada, recibimos información adecuada. Cada persona se llevó un mensaje, una pista, una indicación de qué era lo que estaba perturbando su vida. De cada persona depende cómo llevar a la práctica, como modelar en su vida aquello que ha recibido. 

Cada día me doy cuenta de que en este trabajo se realiza la luz de la vida. Como decía una de las participantes, "no tiene nada que ver con lo que he hecho hasta ahora". Cuando manifestamos un grupo con la intención de percibir nuestra conexión y sanar, la vida se expresa y la luz se desliza por cada vivencia que experimentamos. Cada uno de nosotros, diferentes y partes integrantes de la vida, nos unimos en la expresión de ésta y nos revitalizamos. Experimentamos vivencias que nuestro racional no puede entender, pero que nuestro cuerpo asimila de forma tan natural que casi sin darnos cuenta nuestro corazón se abre a un sentimiento profundo de lo que es la propia vida, la vitalidad de nuestro ser en su totalidad. 

Me siento muy orgullosa por ser parte de esto, me siento muy agradecida por poder participar en uno de estos grupos, o por poder "dirigirlo". Conectamos y sentimos; sentimos la belleza de las cosas, comprendemos  la unión de los opuestos cuando comprendemos que todo ocurre porque tiene que ocurrir. Nos liberamos de la inmensa opresión de sentirnos imposibilitados y sin salida, porque cada grupo nos dice una y otra vez que hay salida, que no nos tenemos que conformar, que no es necesario cargar con fardos que nos enlentecen y nos asfixian. Y, cuando salimos de esta experiencia, aunque sea durante un instante, el mundo nos parece más luminoso a pesar de todo, con más posibilidades, porque estamos viendo la luminosidad en nuestro interior, estamos más presentes y nuestro centro racional se encuentra lleno de distintas posibilidades. 

Más tarde, algunas personas antes y otras después, volvemos a un estado parecido al de antes, ya que nuestro centro racional vuelve a los dos opuestos, nuestro corazón se resiente otra vez con la cotidianeidad y dejamos de estar con nuestro cuerpo para volver a nuestro razonamiento. Que ese estado conectivo se  mantenga depende única y exclusivamente de nosotros; y aquí permíteme que sea un poco categórica: no hay justificación. Lo que nuestra conexión nos manifiesta con continuidad abrumadora, es que no importa las situaciones o circunstancias en las que estés viviendo: sigues en conexión. De tí depende que mantengas la percepción de tu conexión o no. 

Yo suelo decir que "la vida nos come". Volvemos a nuestro día a día, a nuestro trabajo o no trabajo, a nuestra familia, a nuestros vecinos, nuestra casa, nuestras obligaciones, y vamos realizando lo que nuestro hábito nos dicta. Volvemos a dejar que sea nuestro centro racional el que controle. ¿Y qué hace nuestro racional? Proyecta a un futuro inexistente o recuerda un pasado inexistente en este momento. Volvemos a temer el cambio y desintonizamos con nuestro instintivo y emocional. Desintonizamos de nuestra conexión. En este punto quiero decirte que los grupos, las técnicas y las terapias a las que acudamos y practiquemos, sin distinción, son las herramientas para vivir. No podemos confundirlas con la vida misma, aunque sean parte de ellas. 

Nuestros grupos son herramientas de sanación y de percepción de nuestra conexión; sin embargo inciden continuamente en tu responsabilidad en tu propia vida. Nada ni nadie puede asumir tu responsabilidad para que tú vivas de forma diferente. Eres tú el que tiene que asumir esa responsabilidad. Los grupos te ayudan en cuanto que te enseñan que efectivamente estás conectado y que puedes desarrollar tu autoridad. Te ayudan en cuanto a sanar informaciones que te cargan y te asfixian. Incluso puedes salir del grupo con información necesaria para poner en práctica la mejora de tu vida,  pero que tú lo hagas o no es algo que es tuyo, es tu decisión. Es importante que leas esto con atención. ES TU DECISION. Y lo que hagas estará bien porque en tu vida, aunque estas palabras rechinen en tu centro racional, todo lo que ocurre está bien, simplemente porque está ocurriendo. 

No importa si te levantas a las 6 o a las 9 de la mañana. No importa si vas a un trabajo que te gusta, a uno que te disgusta o no tienes trabajo. No importa si ganas 1.000, 2.000 o 4.000 euros. No importa si vives en pareja feliz, si estás a punto de separarte de tu pareja o vives solo. Todas estas situaciones no impiden que tú vivas tu conexión. Si fuera así, si se necesitase vivir con lo mejor posible para percibir la conexión los ricos, los multimillonarios, los famosos, los guapos y la gente VIP en general, percibirían su conexión. Esto afortunadamente no tiene nada que ver con estatutos o dinero. Pero lo que sí tiene que ver es que cuando percibes tu conexión recibes informaciones porque tu centro racional está en funcionamiento con el pensamiento divergente, y se te ocurren cosas, cambios para poder mejorar tu vida. Ahí están tu instinto, tu emoción y tu pensamiento sintonizados hacia el cambio, hacia la sanación y hacia la mejora. Se te ocurren ideas y pensamientos, sientes emociones de cambio y te mueves hacia ellos.

Pero esto se da en tu vida. El grupo te ayuda y te ayuda mucho, pero tu vida es sólo tuya. Ese es tu derecho, esa es tu dignidad.

Hasta la próxima.
Que la luz de tu corazón guíe tu camino.
Elenka